Ya tenemos la sentencia ¿y ahora qué?

Ya tenemos la sentencia ¿y ahora qué?

Esta es la pregunta que se hacen muchos padres y madres, que después de haber estado inmersos en un conflicto en el cuál, ante la falta de un buen entendimiento entre los progenitores es el juez el que  tiene que fijar una organización, basada en el beneficio del menor. A partir de este momento muchos progenitores se sienten perdidos, por no saber gestionar el nuevo día a día del menor.

En algunos casos el conflicto es tan elevado que no son capaces de tomar las decisiones oportunas en conjunto, y sitúan a los hijos en un grado de vulnerabilidad en el que se produce un descenso en el rendimiento escolar o la aparición de problemas en el comportamiento. Llegados a este punto las familias podrían necesitar de intervención psicológica. Recientemente se está impulsando la figura del Coordinador de Parental. Este les ayuda a elaborar y desarrollar un plan de Parentalidad que les permita una  nueva organización centrada en el beneficio del menor así como la toma de decisiones conjuntas que deben llevar a cabo.

En este sentido el Colegio Oficial de Psicólogos de Murcia ha comenzado el 2019 con la creación del Grupo de Trabajo de Psicología de la Coordinación de Parentalidad en la vocalía de Psicología Jurídica.

En Asturias existe cierta reticencia de la misma por parte de los jueces ya que entienden que, en cierto modo, estos coordinadores toman decisiones que no les competen. 

En las provincias en las que no hay esta figura, siempre pueden optar a acudir a un Mediador Familiar o un psicólogo que les ayude a establecer canales de comunicación entre las partes y que evite tener que resolver las diferencias en el Juzgado. 

Si una de las partes se resiste al cumplimiento de la sentencia, la única opción es instar una ejecución. 

Y si lo que ocurre es que los padres no se ponen de acuerdo para la toma de alguna decisión, judicialmente, solo cabe el procedimiento denominado "Discrepancias en el ejercicio de la patria potestad" en el que el juez da la facultad a uno de ellos para decidir en ese caso concreto. Por ejemplo: para escoger colegio, el lugar en el que matricular a un niño a clases particulares o el deporte que practica.